Víctor, después de lidiar capítulos convulsos de inseguridad profesional, dio la alegría de ser campeón de la feria pelotazale de San Mateo respaldado por Zabaleta, el zaguero mandón de los estelares. El de Ezcaray ha decepcionado en el campeonato individual reciente al ser desbordado en el primer partido de forma contundente. Más lamentaciones que juego, inseguridad, nervios, fallos y un contrario que ha vuelto a las canchas recompuesto y centrado.

Bien merece un recuerdo popular Olaizaola, que ha sido una  “hiena” en los cuadros delanteros. Admirable. Catorce títulos, siete en el cuatro y medio, cuatro en el manomanista y tres en parejas.  Su juego y resultados han marcado una página especial en este siglo. Finales jugó un “ciento”. Y partido más de mil.

Los jóvenes tienen un ídolo donde mirarse e imitar. Jóvenes y no tanto participaron en el torneo mateo del Revellín, que mucho atractivo tiene,  y que obtuvieron Rodrigo y Mínguez. El público respondió y echó unas mañanas de lujo y “baratitas”.

Está en marcha el torneo profesional “Cuatro y Medio” de promoción y han empezado su participación con triunfos los riojanos Zabala, 22-12 ganó a Salaverría, y Darío que superó a Larrazábal 22-11. Deseamos que sigan sumando para mantener a nivel regional alicientes que nos animen a visitar las informaciones periodísticas de pelota a mano y las transmisiones televisivas que están salvando este deporte en esta época tan convulsa y pandémica.

Altuna, la última esperanza estelar en los de “arriba”, ganó con apuros a Elordi y Ezkurdia desbordó sin contemplaciones a Laso, 22-9. El histórico y espectacular Bengoetxea también fue superado 22-8 por Peio Etxeberría. Los años no perdonan y el arte y la técnica no son eternos.

Todo lo anterior es lo que suena y destaca. Pero la pelota es mucho más y los campeonatos escolares y partidos de aficionados, y ex profesionales, en pueblos riojanos también ocupan un lugar de ilusión en este deporte que se mantiene en un país que, salvo excepciones, es un campo de fútbol.